Por eso hablar de economía en las
concepciones Colombianas produce indignación, por el sistema económico del
capitalismo mixto, en el que la tenencia y la riqueza, sin importar el bien común
es el valor que prima, privatizando bajo una política neo-liberal los bienes públicos,
con el fin de beneficiar a las multinacionales y los mercados de las grandes potencias,
poniendo como excusa los diferentes TLC, para favorecer la explotación de nuestros
recursos naturales y de nuestro territorio.
Este abismo planteado desde el
plan Colombia, generado por el ex-presidente
Pastrana en 1999 y hoy vigente bajo
la presidencia del presidente Santos, ha generado serias consecuencias al
interior del país con la apertura del mercado y la creciente “economía”, desde
un discursos planteado desde la guerra civil vivida por más de cincuenta años, justificada
por la corrupción paramilitar por el ex-presidente Uribe y una realidad devorante
del narcotráfico, que consume las diferentes ciudades y comunas en el país,
permeando todas las esferas sociales y por último la injusticia social, política
y económica que tienen que vivir a diario los habitantes de nuestro país,
visualizan evidentemente la crisis que actualmente vivimos.
Como esta realidad no “favorece”
el país, los gobernantes quiere reprimir la movilización social y todos
aquellos impulsos que los diferentes movimientos sociales populares impulsan, uno de los medios se dan a través de
la hegemonía comunicacional del país, alineada por los interese de las grandes hegemonías
Norteamericanas, intenta generar una opinión distorsionada en la mayoría de los
consumidores de estos medios de comunicación, ocultando los verdaderos
intereses detrás de esto, he aquí un elemento transversal al tema político y económico,
es el tema de los intereses, estos son los que impulsan el desarrollo de un
país, para bien o para mal, en nuestro caso los intereses de muchos grupos políticos
y económicos, han permitido que estos se enriquezcan a cuesta del trabajo de
gente honrada y honesta, teniendo como ejemplo la lucha campesina y el efímero despertar
social de otros sectores del país.
Sin embargo y a pesar del antecedente
del pasado 29 de agosto del 2013, considero que la historia es clara con el
pueblo Colombiano, somos una sociedad sin memoria, nos cuesta recordar y solo
vivimos el momento, por eso al momento de una contienda electoral, no elegimos
bien y tomamos la decisión basada en lo que los medios de comunicación lo
inducen, o en la basta imagen de diferentes políticos, si es posible cambiar el
país, pero es casi imposible cambiar la forma de pensar del pueblo Colombiano,
lo que deja nuestra nación en la desesperanza, en la incertidumbre y en un
sinsabor de que esto pueda cambiar algún día.
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