domingo, 29 de septiembre de 2013

¡¡¡Vivimos una fobocracia!!!


Vivir en Colombia tiene muchas implicaciones, nuestra historia y todos los fenómenos sociales que a diario tenemos que enfrentar e intentando sobrevivir, pero no solo es eso, tendríamos que hablar un poco de lo que no se puede decir con nombre propio y de lo que no se puede denunciar de una forma certera, claro está, hablar de esto es dejar en evidencia la forma en la que opera los grupos al margen de la ley en nuestra ciudad Medellín, realidad conocida por las autoridades y desconocidas por la amnesia y letargo de los pactos de lo “legal” y lo “ilegal”.


Por eso hablaremos de forma anónima, con el objetivo de reflexionar en el tema, comencemos diciendo que en la actualidad la nueva reconfiguración del Paramilitarismo ha impulsado a una reestructuración del poderío y el miedo que infunden estos grupos, ciudad en la que no ocurre nada extraño, pues ya nos habitamos con este sistema social, político, económico, cultural, crimen y de miedo, aprendimos a legitimarlo y hasta llegar ser parte de él, es como si la sangre de la gente violentada en esta ciudad a manos de las guerras y la violencia, solo significó un aporte más para el poder de estos grupos.


Sé que todos saben de qué grupos estoy hablando, muchos conocen las visitas a las casas según el sistema de seguridad instaurado, muchos han comprado productos de su sistemas económicos, muchos han visitado las zonas de tolerancia, muchos han participado en las actividades deportivas y culturales y por último muchos han compartido o conocen liderazgos comunitarios y políticos como gestión de sus sistemas políticos, de esta manera podemos decir que vivimos en una dicotomía, el gobierno de lo legitimo a través de las instituciones del estado y el gobiernos de lo ilegitimo a través de los sistemas sociales, económicos, políticos y culturales de los grupos al margen de la ley, dicotomía que se interrelacionan para mantener el control y la pax en la ciudad.

Para nadie es un secreto, que políticamente los gobernantes de la ciudad y las fuerzas militares mantienen una tregua con estos grupos, es más en algunas comunas, los cuadrantes y las estaciones de policía, son simplemente para asuntos livianos y fuera del control real de sus funciones, allí se evidencia un trabajo conjunto o articulado, entre policía y estos grupos, confundiendo de alguna manera a las comunidades, pues los protocolos explican que primero se asiste a estos grupos y por último a la policía, claro, pero eso no pasa en nuestra ciudad eso dirán muchos, algunos que no logran despertar en esta realidad y que son sumergidos en la imagen de la ciudad más innovadora.

He aquí otra de las grandes verdades o mejor diré de forma irónicamente mentiras, en algunas comunas los grupos presionan las comunidades para que estos participen de los diferentes escenarios de participación política, apoyando a sus candidatos, pero frente a esto es imposible denunciar, porque vivimos en la ley de la fobocracia, ley que cita: “nadie ha visto nada, nadie conoce nada, nadie sabe nada y nada de nadie existe”, así se comparte el poder político los gobiernos en conjunto de los grupos al margen de la ley.

Por si fuera poco les digo, si me preguntan, no he visto nada, no sé nada y nada de nadie existe, en esta ciudad la más innovadora del mundo, o más bien la más contrastante del mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Una Revolución

"Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho" Paulo Freire